Cosmeticorexia. Una nueva adicción para nuestros hijos.



La nueva adicción compulsiva a los cosméticos, cremas y el cuidado de la piel que afecta cada vez más a niñas y adolescentes con muchas consecuencias no solo físicas si no también psicológicas.

Redes sociales como TikTok o Instagram están acercando a adolescentes a aficionarse a rutinas interminables de skin care y al uso diario de cosméticos para conseguir pieles perfectas y reducir cualquier defecto posible o signos de la edad, acercándoles más a esos/as influencers a los/as que tanto admiran. Son innumerables los videos o directos en los que enseñan y recomiendan sus cosméticos milagrosos, sin ningún tipo de conocimiento en la materia y sin entender sus usos y funciones.

Esta práctica alerta cada vez más a dermatólogos por los riesgos que pueden derivarse de ella ya que no está exenta de riesgos al exponer su piel al combinado de miles de productos diferentes y utilizar activos no necesarios a esas edades, con consecuencias para el desarrollo, maduración y salud de su piel. Sin entrar en componentes técnicos, desde muy temprana edad exponen diariamente a la piel a productos multifunción, hidratación, limpieza, exfoliaciones, peelings químicos, fotoprotección, correctores, labiales… que están a su alcance en grandes superficies y parafarmacias de autoservicio, sin ningún tipo de control ni recomendación por parte de un profesional sanitario. Como consecuencia, está aumentando la llegada en centros sanitarios de quemaduras, eccemas, irritaciones, alergias y diferentes alteraciones cutáneas.

Evidentemente, todo esta practica representa un desafío para la salud mental de los jóvenes pudiendo derivar en problemas de autoestima y de autoimagen, trastornos emocionales, trastornos obsesivos o incluso trastornos de la conducta alimentaria. Los jóvenes pueden vivir un conflicto de agresión y de desconexión hacia ellos/as mismos/as, no gustándoles lo que ven, no sintiéndose bien consigo mismos/as desde muy temprana edad e intentando aplacar ese sentimiento con productos que prometen darte esa belleza y perfección que tanto buscan.

El problema viene cuando a pesar de los cientos de cosméticos que prueban, ninguno satisface esa necesidad.

La industria y la cosmética siguen haciendo de las suyas… encargándose de hacernos sentir que la necesitamos para sentirnos guapos/as, y cuanto más mejor. Es necesario abordar este fenómeno desde una perspectiva integral, promoviendo la aceptación personal, la educación sobre la diversidad de cuerpos y la promoción de estándares de belleza realistas y saludables. Y como padres, favorecer un uso responsable de las redes sociales en nuestros hijos y tomar consciencia de las repercusiones que tienen en su desarrollo.